Por Monge Cyborg
Pocas cosas afectan tanto la vida urbana como los baches. Aunque parecen un problema menor, su impacto acumulado en la movilidad, la seguridad vial y la calidad de vida ha llevado a muchas ciudades del mundo a convertir el bacheo en una auténtica prioridad de gobierno.
Desde robots inteligentes en Reino Unido hasta cuadrillas 24/7 en México, los bachetones se han vuelto símbolo de acción inmediata… o de frustración ciudadana cuando fallan. Hoy, Puebla se suma a esa conversación global con el programa “Bachetón, Por Amor a Puebla”, impulsado por el gobernador Alejandro Armenta.

Bacheo de clase mundial
En Kansas City, Estados Unidos, se implementó un plan para reparar más de 6,000 millas de carretera con herramientas digitales que detectan grietas y daños antes de que se conviertan en baches. Este programa, que se extenderá hasta 2034, se basa en sensores y análisis de datos geoespaciales.
En Long Beach, California, se repararon más de 35,000 baches en cinco meses, con un ritmo de 5,000 al mes, como parte de un plan intensivo que combina mapeo urbano, cuadrillas móviles y participación ciudadana.
En Johannesburgo, Sudáfrica, se han tapado más de 80,000 baches con el apoyo de aseguradoras privadas, mostrando que la colaboración público-privada puede ser clave para resultados eficientes.
Y en el Reino Unido, un robot llamado ARRES PREVENT utiliza inteligencia artificial para detectar y sellar microgrietas antes de que se conviertan en baches. Se mueve de forma autónoma, aplica sellante y alarga la vida útil del pavimento.
Estos ejemplos muestran que la guerra contra los baches ya es global, y que enfrentarlos bien no es solo cuestión de dinero, sino de estrategia, tecnología y voluntad política.
En México: entre campañas y parches
En México, también ha habido intentos ambiciosos. El gobierno federal lanzó recientemente un “bachetón” para atender 44,000 km de carreteras. En la Ciudad de México, Clara Brugada presumió la reparación de 42,000 baches en 100 días. Sin embargo, muchas de esas reparaciones fueron superficiales y los baches reaparecieron semanas después. La lección es clara: sin técnica, no hay solución duradera.
Puebla sí lo toma en serio: “Bachetón, Por Amor a Puebla”
Con una inversión estatal de 50 millones de pesos, el gobierno de Alejandro Armenta lanzó el programa “Bachetón, Por Amor a Puebla”, que trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con 72 trabajadores organizados en cuatro cuadrillas estratégicas. En una primera etapa, ya se han atendido más de 6,000 metros cuadrados de superficie dañada.
Además, el programa se apoya en herramientas tecnológicas como el BacheCel (222 651 3045), un número de WhatsApp al que cualquier ciudadano puede enviar una foto, ubicación y mensaje para reportar baches. Este modelo de participación ciudadana ya ha sido probado con éxito en ciudades como Boston y Toronto.
Pero el programa no se limita a tapar hoyos: también se pintan guarniciones, se reparan luminarias y se conectan cámaras de vigilancia al C5, lo que refuerza la seguridad urbana.
Técnica, estrategia y voluntad
A diferencia de otros bacheos que sólo “tapan el problema”, el de Puebla apunta a soluciones duraderas, adaptadas al clima (mezcla asfáltica en frío o caliente) y a las necesidades específicas de cada colonia. Además, la inversión conjunta entre estado y municipio ya supera los 160 millones de pesos, beneficiando a más de 90 colonias.
Una ciudad más transitable… y más digna
El “Bachetón, Por Amor a Puebla” demuestra que los servicios públicos bien pensados sí hacen diferencia. Más que una campaña, es una política de recuperación urbana. En un mundo donde cada vez más ciudades apuestan por calles inteligentes, pavimento durable y participación ciudadana, Puebla no se queda atrás.
¿El asfalto puede ser una expresión de amor por la ciudad?
Parece que sí. Y en Puebla ya se está notando.
