Dolor de columna/ Miguel Maldonado
Dolor de Columna/ Miguel Maldonado.
Salomón Céspedes ha logrado cierta armonía desde que llegó a la administración. Esperemos que esta pax Augusta sea larga y no anticipe, lo que se conoce como la calma chicha, una tormenta.
Tras diez años de una clase política rijosa y autoritaria, sobre todo Rafael Moreno Valle y Miguel Barbosa, dispuesta a romper las lanzas a la menor provocación y derramar la bilis sobre los “impíos”, tras muchos años de gobernantes dispuestos a aplicar los tres “ierros” del político colérico: Encierro, destierro y entierro, llega un remanso de paz a Puebla.
¿Sergio Salomón ha sido salomónico?
Cuentan los textos de la Biblia que el rey Salomón pidió una cosa, y sólo una, a su Dios: que le fuera dada la virtud de la sabiduría, aquella balsa que le ayudaría a sortear las aguas agitadas de la ira y la venganza, esa bilis amarilla tan temida por los griegos, quienes también sabían que la mayor virtud de un político era la templanza.
El sueño de Salomón, discernir lo justo de lo injusto, ha sido el anhelo de todos los políticos —salvo, por supuesto, Samuel García, el único niño en la historia de las canciones de Cri-Cri que se identificó con el cochinito equivocado, pues todas las noches sueña “que era un rey, que de momento quiso un pastel. Y su gran ministro hizo traer, 500 pasteles no más para él”.
El gobernador Salomón Céspedes, a punto de romper las lanzas en diversas ocasiones, se ha encomendado a la sabiduría salomónica y ha logrado calmar esa marea amarilla; un ambiente de concordia ha reinado desde que llegó a la gobernatura, aunque no han faltado los empujones y los mensajes sicilianos, Salomón hace honor al apellido.
Dicen algunos colaboradores cercanos al gobernador que lo han visto abrir el libro de Proverbios, escrito por el rey judío, cuando ha estado a punto de reventar, en esos momentos en que casi pierde la gobernatura por dos o tres traiciones, abrió el libro y comenzó a recitar entre labios letanías sobre la prudencia, cuando uno de sus colaboradores parecía empoderarse sin tomarlo en cuenta recordaba los llamados salomónicos a la mesura, cuando los recientes precandidatos a la gobernatura lo ignoraron entonces no solo recitaba, escribía sobre un papel, como para invocar un conjuro, uno de los proverbios de Salomón que aprendió en Tepeaca siendo catequista: “El varón sabio que disputare con el insensato, ora se enoje contra él, ora se ría, no logrará estar con sosiego”. Y así, una paz salomónica ha reinado en la Puebla de catequista. La paz siempre es demasiado frágil, llama de un candil sin nicho expuesta a las orillas de la mar a la buena del viento. El mismo Salomón tuvo que tomar decisiones violentas, esperemos que la llama anime por muchos
Miguel Maldonado:
Poeta y editor, director de la revista Unidiversidad de la BUAP; ha sido Premio Nacional de Poesía Gutierre de Cetina en 2006 y en 2016 Premio Nacional de Poesía Joaquín Xirau, otorgado por la Secretaría de Cultura y El Colegio de México; fue agregado cultural de México en Kenia y sus libros han sido traducidos a más de diez idiomas (@Migrerías).
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